ESTADOS DE ÁNIMO
Estás tendida sobre tu tristeza recordando, quién sabe por qué aquellas escenas donde la palabra felicidad se sentaba a la mesa a cenar con tu alegría y lloras, dejas abierta esa herida por donde fluyen el odio, el dolor, las agonías de un desamor que te colma y no sabes qué hacer y pides a gritos que regrese el fantasma que te abrazaba y no lo deseas, no quieres esas peleas donde las palabras danzan como puñales de fuego y hieren, destruyen la nostalgia de ese beso inolvidable.
Caminas por tus recuerdos y entras al futuro y te sientes protegida en el abrazo desconocido, en los besos con sabor a lejanía y te entregas a tu nuevo sueño. Piensas en aquellas rosas que ya no tienes y que deseas, en aquellos poemas que jamás nacieron y que de repente llegan a tus manos y descubres que estás amada sin ser reconocida y te sientes extraña y no sabes que palabra escribir en esa libreta antigua, en esa historia que de rompe a pedazos y que no encuentras el primer fragmento que te puede ayudar a recuperarla y no te importa, ya tienes una soga de amor a la cual aferrarte, con la que sales de esa isla desierta que te reconoció como naúfraga invisible.
Estas acostada sobre tu dolor con una sonrisa en tus labios porque los minutos se te vuelven interminables para el próximo beso, la caricia inexistente que te recorre desde tus secretos más íntimos y no tienes miedo a lo desconocido, es más dura la soledad y las botellas de agua no calman aquella sed de amor que te envuelve y ya no quieres huir de esa ciudad donde tantos desamores penetraron tus sentimientos y sonries, y una lágrima comienza a nacer desde la mitad de tu rostro que se niega a besar, que se niega a convivir con tu otra mitad y estás a punto de gritar y no quieres, ese stress te excita, hace que tus intimidades luchen por la próxima caricia, por ese beso que consideras imposible y no te importa, porque es tan grande la felicidad que enciendes esa vela llamada milagrosa para que el futuro se detenga en ese gemido.
Estás besando el futuro y tu cuerpo se estremece por el recuerdo del pasado y abres esa ventana para que escapen tus rencores y te sonries porque no quieres estar sobre esos recuerdos y no te levantas y el olor de los besos te hace suspirar porque ya conoces la cercanía del nuevo poema y estás a un paso de lograr que esos recuerdos naufraguen y aunque siempre quedará alguno pidiendo auxilio desde tu sombra sabes que solo tu mitad llorará por su rescate y ahora sí quieres despertar de ese letargo y caminar hasta esa playa que ya sabes que está desierta y en secreto anhelas encontrar el futuro esperandote desde un abrazo en el mar.
Amanece y sales de ese estado de dos mitades, regresas a esa cotidianidad que tanto aborreces, solo las flores parecen animarte aunque no están en el florero que tanto amas sino en la acera del frente sobre el mostrador de los deseos y esperas que llegue ese futuro a comprarte el ramo que marcará el comienzo de un beso desde esa nube y te apoyas sobre el marco de la ventana y comienzas a lanzar besos invisibles contra todos los transeuntes porque no conoces el rostro del futuro y sonríes, porque siempre que descubres a tus vecinas observando tus gestos inquietos ponen esa cara de luz vespertina y sigues ahi, detenida en el tiempo, luchando contra el pasado y deseando que llegue el futuro sin adivinar que tus estados de ánimo marcan el camino hasta esa eternidad donde el amor ya no es el niño bendito, sino ese corazón penetrado por la flecha que tantas veces odias y amas.
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