Desnuda y sin aliento, tendida sobre ese lecho de rocas imaginario donde sueles acabar tus alucinaciones nocturnas y es que no posees aquel espacio que tanto añoras desde tu silencio, no tienes a donde sentir tus deseos, a donde encajar tus uñas cuando llega la plenitud y quieres escapar a través de pequeñas imagenes en tu memoria y regresas al placer, más no es el placer que te provocan, sino ese auto deseo que logras conseguir hasta que un gemido escapa de tu garganta y tu cuerpo tiembla de ternura y la plenitud cubre tu cuerpo de algas e historias, de pétalos transparentes que caen como cascada por tus ojos y descubres que a pesar de la soledad eres una mujer, que a pesar de no tener caricias incrustadas sobre tus más íntimos rincones estas extasiada, que no necesitas en este segundo misterioso otro deseo para sonreir.
Estás tendida sobre tu desnudez y lentamente las gotas de tu aliento se van secando sobre tu piel y tienes la sensación de estar derretida sobre esa pequeña historia que acabas de imaginar, donde la perfección entraba desde tus labios y te acariciaba como lo hace la humedad con las paredes antiguas y estás feliz, buscas la palabra sensación y no logras describir tus ansias y tu cuerpo tiembla por segundos en espasmos tan suaves y duraderos que no quieres que terminen para no seguir sumida en la soledad.
Amanece sobre tu rostro y despiertas con esa sonrisa que se acumula en tus noches de alivios y quedas como desorientada en busca de un reflejo que te indique donde te encuentras y buscas tu desnudez porque recuerdas el tatuaje de arena sobre tu ombligo y cierras los ojos y en la distancia observas aquellas montañas inolvidables donde tu cuerpo fue tomado por el viento y besado por el eco de esa música de guitarras y tu mano llega al deseo y descubres que no quieres salir de ese recuerdo y cubres de deseo tus instintos, destronas por minuto la monotonía y el silencio de tu cama.
Caminas sobre tus huellas en busca de tus pasos anteriores pero la noche ahora está muy lejos y debes cubrir tu alma con esa piel llamada tentación y salir en busca del tiempo...