Hace solo unos días que la prensa internacional se viene haciendo eco del mal desempeño de la policía cubana al no contar con indicios sobre el asesinato de los dos curas ocurridos, uno hace algunos meses y el otro hace unos días.
Ni el gobierno, ni la prensa nacional informaron acerca de estos sucesos y mucho menos si tenían algunas pistas que condujeran al o a los asesinos.
El día de hoy la oficina de la Iglesia Católica en Cuba informó que había sido detenido el autor del último asesinato y que ya estaba confeso de ese crimen.
Es curioso como en la medida que fue aumentando el volumen de las críticas en la prensa internacional la PNR encontró con suma rapidez y eficacia al criminal lo cual deja muchas sospechas sobre lo real de esta detención.
Hay un dicho en el refranero cubano que reza: “dime de qué alardeas y te diré de qué careces” y muchos cubanos sabemos de la ineficacia y la corrupción que existen en la policía cubana, donde todos los delitos, exceptuando los políticos, tienen precio en CUC y que esa “rapidez” está motivada por mantener una “imagen de efectividad” que no existe en realidad.
¿Cómo descubrieron al criminal si ni siquiera dejó huellas o indicios que permitieran su captura? Está raro. Lo cierto es que la oficina de la Iglesia Católica en Cuba está complacida por esa “pronta” captura del homicida y espera un ejemplar castigo.
Detrás de estos asesinatos hay algo oscuro ya que ambos párrocos eran abiertos opositores al sistema socialista y en sus misas se reunían un gran número de feligreses que asistían a escuchar no solo la palabra de Dios sino también las reflexiones de ambos párrocos sobre los problemas sociales y políticos del país.
Realmente no se ha informado de los móviles de ambos crímenes a pesar de que el asesino ofreció su confesión lo cual, a mi juicio, debe de haber expresado cuál fue la causa. No me sorprendería que el Gobierno de la Isla “se bajara un número raro” acerca de esos motivos, que indicara homosexualismo o cualquier otro motivo que socavara el prestigio de estos dos curas en sus comunidades ya que, como dijimos, eran muy respetados por sus puntos de opinión contrarios al gobierno.
¿Por qué los asesinatos? No lo sé, quizás el temor de expulsar a miembros religiosos del país empañe aún más la poca imagen que ya le queda al gobierno y aumentaría el prestigio de la Iglesia Católica entre la población. Hecho que como sabemos el gobierno hace de manera oculta desde hace algunos años.
Sea cual sea la verdad en este caso tan espantoso esperamos que no se vuelvan a repetir y algún día, cuando nuestra bella Cuba sea libre, sabremos la verdad sobre estos dos asesinatos y muchos otros ocurridos bajo el amparo de la tiranía que, con sus más de 50 años de poder, han destruido la moral de nuestra sociedad.